El presidente estadounidense, Joe Biden, realizó un extenso balance de su primer año de gestión, en el que destacó que «hubo desafíos, pero también grandes progresos», puso acento en la lucha contra la inflación y advirtió, en el plano internacional, que Rusia padecerá «un desastre» si invade Ucrania.
En este último sentido, Biden alertó que Rusia no podrá «negociar en dólares» si concreta la invasión, aunque estimó que su mandatario, Vladimir Putin, de momento está lejos de desear que «estalle una guerra».
De todos modos, el presidente estadounidense admitió que «la imposición seria de sanciones (a Rusia) en relación con las transacciones en dólares y otras cosas son cuestiones que van a tener un impacto negativo en Estados Unidos, así como en las economías de Europa, y también un impacto devastador en Rusia».
Biden, en el plano interno, reconoció que no previó una obstrucción del Partido Republicano «tan fuerte» durante el primer año de mandato, y adelantó que su país no volverá a realizar confinamientos por el coronavirus.
«Ha sido un año de desafíos, pero también ha sido un año de enormes progresos», afirmó en alusión a la campaña de vacunación masiva contra la enfermedad y la recuperación económica del país.
Sobre el manejo de la pandemia, el mandatario destacó los avances en vacunación. «Pasamos de dos millones de personas vacunadas en el momento en que presté juramento a 210 millones de estadounidenses totalmente vacunados hoy. Creamos 6 millones de nuevos puestos de trabajo, más puestos de trabajo en un año que en cualquier otro momento anterior», valoró.
En el tema de lucha contra la inflación, Biden advirtió que requerirá un esfuerzo «a largo plazo», y atribuyó la vertiginosa subida de precios «a los problemas en las cadenas de suministro provocados por la pandemia».
«Llevar a un nivel razonable la inflación, actualmente en su nivel más alto en casi 40 años, será difícil», insistió.
Se trató de la primera conferencia de prensa del gobernante con motivo del primer aniversario de su investidura y el primer evento formal de este tipo desde que viajó a Glasgow, Escocia, a principios de noviembre para la cumbre climática internacional.
Un camino difícil
«No anticipé que habría un esfuerzo tan incondicional (por parte de los republicanos) para asegurarse de que lo más importante fuera que el presidente Biden no hiciera nada», agregó.
Asimismo, se mostró confiado en que el Congreso aprobará «grandes porciones» de su estancado proyecto de ley de gasto social.
«Confío en que lograremos convertir en ley partes, grandes porciones de la ley Build Back Better (Reconstruir Mejor)», subrayó.
Ese proyecto está estancado en el Legislativo, pues genera división dentro del oficialista Partido Demócrata.
Asimismo, Biden indicó aún tener esperanza de que el Senado apruebe nuevas leyes sobre el derecho al sufragio, las que a priori parecen condenadas al fracaso.
«Todavía no nos hemos quedado sin opciones», subrayó sobre esas iniciativas electorales, las que considera necesarias para proteger la democracia.
De nuevo en el plano internacional, Biden agregó que no es el momento de abandonar las negociaciones para reactivar el acuerdo nuclear con Irán ya que se lograron algunos avances. «No es momento de rendirse», apuntó.
El pasado 27 de diciembre comenzó en Viena la octava ronda de las negociaciones para restablecer el Plan de Acción Integral Conjunto (PAIC).
En otro tramo de la conferencia de prensa, Biden, no sólo dio por sentado que buscará su reelección en las presidenciales de 2024, cuando cumplirá 84 años, sino que anunció que la vicepresidenta Kamala Harris volverá a ser su compañera de fórmula.
Una nueva encuesta de Gallup muestra a Biden con solo un 40% de aprobación, frente al 57% del inicio de su mandato. Desde la Segunda Guerra Mundial, solo los números del primer año del expresidente Donald Trump fueron más bajos.